El número de personas que pasan hambre se ha duplicado con creces en los tres últimos años.
Casi un millón de personas viven en condiciones de hambruna, y la inanición y la muerte forman parte de la realidad cotidiana.
3.000 millones de personas, una cifra abrumadora, no pueden permitirse una alimentación saludable.
Las comunidades más vulnerables sufren el azote de la pandemia de COVID-19, la crisis climática, la degradación ambiental, los conflictos y la acentuación de las desigualdades.
La guerra en Ucrania ha acelerado la subida de los precios de los alimentos y los fertilizantes.
Pero, si actuamos juntos, podemos invertir todas esas tendencias.
Hay suficientes alimentos para todos los habitantes de nuestro mundo este año. Con todo, los agricultores necesitan con urgencia acceder a los fertilizantes a un costo razonable para garantizar una cantidad suficiente de alimentos el año que viene.
El tema del Día Mundial de la Alimentación de este año es “No dejar a nadie atrás. Una mejor producción, una mejor nutrición, un mejor medio ambiente y una vida mejor”.
Los Gobiernos, los científicos, el sector privado y la sociedad civil deben trabajar juntos para que las dietas nutritivas estén a la disposición y al alcance de todos.
Las instituciones financieras deben aumentar su apoyo a los países en desarrollo para que puedan ayudar a su población e invertir en sistemas alimentarios.
Juntos, debemos pasar de la desesperación a la esperanza y la acción.
En el Día Mundial de la Alimentación y cada día, les pido a todos ustedes que formen parte del cambio.