Personas migrantes en Panamá: entre sueños y esperanzas en medio del COVID-19
14 mayo 2020
Previo al COVID-19, las personas pasaban en promedio entre una semana y siete días en las Estaciones Migratorias.
Fotos: UNICEF/Panamá
Son las 6:00 de la mañana, el calor intenso, la humedad excesiva, el canto de las gallinas, los mosquitos, moscas y otros insectos dan los buenos días a las más de mil de personas que se encuentran en la Estación Migratoria en la comunidad de La Peñita en la Provincia de Darién en la República de Panamá cerca de la frontera con Colombia. Mientras se levantan de sus colchones y colchonetas, la primera pregunta que probablemente se realizan es si ya será posible continuar su travesía hacia a los Estados Unidos y Canadá.
Las mujeres, hombres, niños y niñas que llegan a la Provincia de Darién han logrado superar un trayecto de entre 4 a 7 días de duras caminatas por un extenso y duro territorio de selva tropical húmeda que conecta la frontera de Panamá y Colombia, conocido como el “Tapón del Darién”. Este tramo inhóspito de selva tropical ha sido catalogado por muchas de las personas migrantes como uno de los tramos más difíciles, en el que se enfrentan a diversos peligros que van desde picaduras de serpientes e insectos, violaciones, robos y hasta posiblemente la muerte.
Los cierres de frontera y las medidas de cuarentena decretadas desde hace más de 50 días por la República de Panamá para contener la transmisión del COVID-19 no les ha permitido continuar con su itinerario, mientras que la espera también les ha agotado el poco dinero con el que contaban para comida, agua y algún producto de primera necesidad, dejándolos ante condiciones de mayor vulnerabilidad frente a la pandemia.
En la República de Panamá, existen cuatro (4) estaciones de recepción migratoria, tres (3) de estas se encuentran en la provincia de Darién y la cuarta en Los Planes de Gualaca en la Provincia de Chiriquí, limítrofe con Costa Rica. Las cuatro estaciones migratorias albergan un total de 2,527 personas migrantes entre hombres, mujeres, niños y niñas de origen caribeño, africano y asiático, en su mayoría de nacionalidad haitiana, congoleña, bangladesíes, yemeníes, entre otras.
La Estación Migratoria de La Peñita en Darién es la que alberga a un mayor número de personas, en total 1,724, de estos 500 son niños, niñas y adolescentes. Las Estaciones Migratorias en la Provincia de Darién son operadas por el Servicio Nacional de Fronteras (SENAFRONT) quienes se encargan de apoyar con las tareas de logística, control y coordinación.
Previo al COVID-19, las personas migrantes pasaban en promedio entre una semana y siete días en las Estaciones Migratorias período en el que se les realizan pruebas biométricas que incluye el control del iris y la toma de huellas dactilares. Igualmente, el Ministerio de Salud les realiza una revisión médica y les coloca las vacunas correspondientes para que puedan continuar su viaje a la frontera con Costa Rica; sin embargo, desde que se decretaron las medidas para la contención del COVID-19 se han visto obligados a permanecer en las estaciones migratorias hasta que se autorice la apertura de las fronteras cambiando no solo su itinerario de viaje, sino generándoles incertidumbre sobre el período que estarán en las Estaciones de Migrantes en Panamá.
Apoyo de la ONU en medio del COVID-19
El Sistema de las Naciones Unidas, de manera integral, a través de agencias y fondos como OIM, ACNUR, UNICEF ha venido trabajando desde hace varios años con el Gobierno de Panamá para garantizar que todas las personas migrantes y con necesidad de protección se les garantice un trato humanitario digno.
Desde mediados de 2016, el Sistema de las Naciones Unidas ha venido trabajando de manera decidida y coordinada con las autoridades nacionales para atender el incremento del flujo migratorio que llega a la provincia de Darién, a través de la frontera entre Panamá y Colombia.
Desde octubre 2019, UNICEF ha estado apoyando con la provisión de agua apta para el consumo humano y acciones de saneamiento básico en las estaciones migratorias de Bajo Chiquito y de La Peñita. La provisión de agua potable está beneficiando tanto a la población migrante, como a los pobladores de las comunidades, especialmente, en Bajo Chiquito en la que no contaban con suministro de agua potable. Este apoyo es vital para la salud ya que contribuye a reducir las enfermedades gastrointestinales y respiratorias en la población, y en especial en la niñez. En medio del COVID-19 les está permitiendo mantener la provisión de agua potable y las medidas de higiene básicas como el lavado de manos con jabón.
ACNUR, OIM y UNICEF han donado kits de higiene para la familia, para las mujeres y para los bebes, en el que se incluyen desde jabón, pampers, toallas sanitarias, pastas de diente, papel higiénico y otros insumos de primera necesidad. También, las tres agencias han ampliado la entrega de bolsas de comida para las 4 estaciones migratorias, ubicadas en Darién y Chiriquí, incluyendo bolsas de alimento especial para niños. De igual modo, con el fin de mejorar las condiciones de albergue y alojamiento, OIM ha entregado carpas multipropósitos y refugios provisionales. En los próximos días, ACNUR entregará unas unidades habitacionales temporales con capacidad de hasta 6 personas.
Por su parte, ACNUR ha entregado mascarillas, gel alcoholado, papel toalla entre otros equipos de bioseguridad al personal de SENAFRONT. Mientras que sigue apoyando con información y asistencia, para que las personas que cruzan la frontera por motivos de persecución en su país puedan acceder al proceso de reconocimiento de la condición de asilo en Panamá.
Estas acciones integradas buscan responder a la emergencia generada por el COVID-19, a través de mecanismos de coordinación interagencial para apoyar los esfuerzos del Gobierno de Panamá.
De igual modo, desde la ONU en Panamá, ONUSIDA, UNFPA, PNUD, OCHA, OACNUDH, PNUD y OPS están trabajando para asegurar que las personas en condición de movilidad se les garanticen sus derechos. Para el Sistema de las Naciones Unidas en Panamá es clave que la población migrante y las personas que necesitan protección no se queden atrás en medio de la pandemia del COVID-19.