Desde el aire, minutos antes de aterrizar en la provincia de Bocas del Toro, en la República de Panamá se divisa el majestuoso verdor de las tierras y el manto de las fincas plataneras, que durante años ha caracterizado el movimiento económico de la región.
Se trata de una provincia ubicada al oeste de Panamá, en los límites fronterizos con el sur de Costa Rica.
Por años esta provincia ha sido reconocida como uno de los principales centros de producción de banano para la exportación, pero también se tejen historias de pequeños productores que vieron la oportunidad de cultivar tierras para subsistencia, esforzándose para lograr la anhelada comercialización.
Ese es el caso de Alexis Aparicio, productor de 54 años que vio el amor de su padre por el trabajo de campo, arreando ganado.
La Finca Balas Pit, que está ubicada en la comunidad del Empalme, cuenta con 19 hectáreas de terreno y desde la década del 90 se enfocaba en ganado. Para el año 2005, Alexis y su familia tuvieron una nueva perspectiva de trabajo cultivando el plátano.
En familia, y con el apoyo de otras dos personas, cultivaron 8 hectáreas de terreno y después de su primera cosecha descubrieron que tenían un producto con calidad de exportación. El proceso de comercialización y exportación no sería fácil; pero Alexis Aparicio estaba decidido a no rendirse.
Primero, Aparicio junto a su familia, se hizo miembro de la Asociación de Productores Agrícolas y ProDefensa Ecológica de Balas Pit, (APROADEBP). La Asociación, conformada por diez familias con igual interés y visión decidió utilizar la infraestructura donada por el Gobierno, a través del Consejo de Desarrollo Sostenible (CONADES) para el proceso de empaquetado y distribución del plátano. De igual modo, los miembros comenzaron a capacitarse en los temas de comercialización del producto.
En un inicio vendían el plátano a intermediarios que iban en camiones a las fincas a comprar las cabezas de plátano, sin embargo, las ganancias versus el costo de producir no eran rentables. En ese momento, Alexis y otros productores tomaron la decisión de negociar directamente con los supermercados y otros comercios permitiéndoles generar mejores ingresos.
Tener una estructura organizativa era una ventaja y además atrajo a nuevos productores lo que les permitió incrementar la capacidad de producción. En la actualidad, el plátano que producen los miembros de la Asociación se vende en las principales cadenas de supermercados de Panamá.
Estos acuerdos con las cadenas de supermercados les permiten generar ingresos semanales para mantener la operatividad de sus fincas y llevar sustento a sus hogares.
Inicialmente, los miembros de la Asociación estaban interesados en la exportación de sus plátanos, sin embargo, posterior a un primer ejercicio de venta en Miami y Nueva York en Estados Unidos decidieron que era mejor realizar un análisis más profundo sobre el mercado y también recibir asesoría para reactivar la exportación de sus productos de manera más asertiva.
Sostenibilidad y Seguridad Alimentaria
Para Alexis Aparicio lo más difícil es mantener el ritmo de la producción, especialmente, por las variaciones constantes del clima, el incremento del costo de los insumos y el costo del transporte.
Si bien la pandemia afectó negativamente la vida de muchos panameños y panameñas, para personas como Alexis el impacto fue distinto. Siendo un actor clave dentro de la cadena alimentaria tenían que rápidamente ajustarse para seguir abasteciendo a sus clientes de productos. Ante las medidas de cuarentana decretadas por el Gobierno de Panamá para contener el COVID-19, personas como Alexis Aparicio se convirtieron en héroes de la alimentación.
En medio de la pandemia, los productores nacionales tenían una gran responsabilidad para garantizar la seguridad alimentaria de la población nacional, especialmente frente a las dificultades que surgen en las importaciones y exportaciones.
Anualmente, APROADEBP produce de manera conjunta unas 4 mil cajas de plátano, es decir unos 240 mil dedos de plátanos anuales. Esta producción permite a las 43 familias miembros de la Asociación garantizar su sustento propio y la alimentación de sus familiares.
A pensar de que hasta el momento, la Asociación ha podido mantener buen ritmo en su producción, los desafíos hoy día son mayores. Esto requiere que los pequeños productores y las organizaciones productoras de base comunitaria reciban el apoyo y fortalezcan sus capacidades tanto en comercialización, industrialización y marketing de sus productos. Por otro lado, fortalecer al productor nacional es importante para garantizar la sostenibilidad de los sistemas alimentarios en los países.
En Panamá, durante el mes de mayo se llevaron a cabo 8 consultas sobre sistemas alimentarios que contaron con la participación de más de 700 actores clave de la cadena alimentaria en todo el país. Los resultados de estas consultas serán parte del informe que Panamá presentará en la Cumbre de las Naciones Unidas sobre Sistemas Alimentarios este año.
En la actualidad, Panamá es uno de los 13 países voluntarios en la organización de consultas nacionales de cara a la Cumbre de Sistemas Alimentarios, proceso que fue liderado por el Ministerio de Desarrollo Social y el Ministerio de Desarrollo Agropecuario y contó con el apoyo técnico de las Naciones Unidas, a través de FAO y FIDA.
Historia escrita por Gina Buendia, consultora.